¿Se acuerda del primer despegue del Ariane 5? El 4 de junio de 1996, el cohete diseñado por la Agencia Espacial Europea (ESA) se estrenó en su primer vuelo... que tan solo duró 37 segundos. Poco después del despegue, su vuelo se alteró hasta ponerse casi en horizontal, la astronave se quebró y estalló. Los daños ascendieron a unos 370 millones de dólares. ¿Y cuál fue el motivo? Un error de software, el más caro y famoso de toda la historia.
Por suerte, un fallo de cualquier dispositivo de soldadura no suele acarrear consecuencias tan dramáticas. Pero aún así, el software integrado en las tecnologías de soldadura debe satisfacer requisitos complejos y estrictos. Cada día hace falta incorporar más funciones, mientras el grado de interconexión con otros sistemas aumenta sin cesar. Al mismo tiempo, resulta crucial defender de forma rotunda al sistema frente a posibles manipulaciones y agresiones por parte de hackers y piratas informáticos, que podrían causar daños cuantiosos y peligrosos en la producción.
A todo ello hay que sumar la variedad inacabable de distintos métodos y variantes que admite la configuración de los sistemas de soldadura. Por ejemplo, la actual plataforma para dispositivos Fronius TPS/i abarca varias fuentes de corriente, diversos modelos de antorchas de soldadura, mandos a distancia, interfaces para robots y mucho más. "Todo eso equivale a millones de posibilidades de combinación, que el software debe tener cubiertas", explica Rene Allerstorfer, jefe del equipo de ensayos de ingeniería de software y hardware en Fronius. Nuestra empresa ha desarrollado una plataforma para toda la familia de productos TPS/i, denominada Weld OS, que se puede adaptar a medida a cada sistema de soldadura concreto.
"Si hablamos de software, recordemos que está compuesto por millares, cientos de miles o millones de líneas de código; así que es imposible garantizar la ausencia absoluta de errores", avisa Allerstorfer. "Aún así, nosotros naturalmente intentamos minimizar ese riesgo en la medida de lo posible, para ganar en calidad". Esta labor empieza en el primer diálogo con el cliente, ya que las exigencias que este plantee para la tecnología de soldadura determinarán posteriormente las funciones que los desarrolladores tendrán que incorporar al software. El propio Allerstorfer recalca: "Cuanto mejor sepamos qué necesita el cliente, mejor podremos ajustar nuestros sistemas a esas demandas".
Antes de enviar cada sistema de soldadura Fronius a su destino, todos deben superar pruebas exhaustivas, que revisan tanto el hardware como el software. En el departamento de investigación de Fronius se suceden sin descanso las pruebas con los diferentes equipos, como los tests automáticos de estabilidad: con la ayuda de cajas de simulación, se ejecutan procedimientos de soldadura en condiciones que imitan la realidad y los resultados se almacenan en servidores.
Estos ensayos automáticos son muy útiles para los desarrolladores de Fronius, ya que permiten programar software cada vez más complejo, pero también seguro, fiable y fácil de usar. "Lo importante es no perder nunca de vista la aplicación práctica", advierte Allerstorfer. "Por eso las pruebas manuales son igual de importantes que las automatizadas. Así podemos calibrar mejor la calidad, ya que trabajamos directamente con el producto". Es la única manera de que los especialistas verifiquen si los controles y las funciones responden a lo esperado, y de cerciorarse de que el sistema de soldadura Fronius se puede entregar al cliente con total confianza.
» En base a las necesidades de los clientes deducimos diferentes casos de prueba e intentamos cubrir cualquier situación imaginable", explica RENE ALLERSTORFER, Team Leader Hard- and Software Engineering Testing. "Pero como casos hay muchos, los automatizamos para mantener al mínimo los tiempos de pasada de las pruebas. «
Rene Allerstorfer, jefe de equipo Pruebas de ingeniería de hardware y software